Helloooo helloooo!
Dato curioso:
Mientras escribía esto me di cuenta que este es ¡el tercer año consecutivo que nos escribo un día como hoy! Eso me pone demasiado feliz. Los ojos que me leen desde el día 1 saben cuánto preparo cada uno de mis textos del amor que les pongo.
Escribir es mi atmósfera para compartir y si una vida he de ayudar (hasta en lo mas mínimo) me doy por bien servida.
Creo que algo que aprendimos aprendimos en el 2020 y fue inevitable no sentirlo en el 2021, es que aunque planees cada movimiento, siempre puede ocurrir algo inesperado y tumbar cada uno de tus planes. Pero eso también nos trajo una nueva manera de enfrentarnos a esas situaciones de cambio: la resiliencia. Es decir… cómo afrontamos esas situaciones imprevistas y como nos sentimos ante ellas.
Aunque nada es un hecho, lo que SI podemos hacer, es trazar una ruta que nos lleve a esas cosas que tanto anhelamos regalarle a nuestras vidas.
Si quieres vivir una vida abundante, donde disfrutes cada cosa que hagas, empieza cambiando el quiero por el voy. Pasar de un deseo a una acción que impacte y cambie el rumbo de tu vida desde el día que tú lo decidas.
La mente es tan poderosa que eso sí lo podemos controlar.
Lo que pasa es que a veces nos dejamos llevar por voces que nos apagan esos deseos, nos confunden o simplemente nos “acomodan” y eso no debe suceder en el camino a conseguir lo que quieres para ti.
Cerrar el año puede significar muchísimo, para algunos esta época puede sentirse con mucha nostalgia, para otros esta época es muy pesada por cuanta energía nos exigimos tener para hacer y estar en múltiples cosas ( ejemplo, hoy me tuve que dar una escapada a la playa para estabilizarme y escribir) – los ruidos externos pueden llegar a ser demasiado fuertes que confunden –
Hoy mientras tomaba café con dos amigos, llegó a mi mente esto:
No se trata de terminar el año, las fechas son solo números que nos ponen caducidad y vigencia a los humanos. Es echarte un clavado a tu corazón, a tu interior y ver que cosas funcionaron, que te inspiró, cómo y dónde estabas cuando más completo te sentiste. Lo que merezco y las cosas que valen la pena continuar, así como las direcciones que hay que cambiar.
Se trata de entenderte y no que te entiendan.
Se trata de saber qué es lo que hace que explote tu creatividad.
Se trata de prestarte más atención y saber que fue lo que te llevó hasta ese espacio donde más conectaste contigo y con las personas adecuadas.
Hoy agradezco cada uno de los días vividos, porque aunque algunas veces sentí que iniciaba de cero, no fue así.
Aunque habían días dónde sentí que iba a explotar y tenia ganas de tirar la toalla no lo hice.
Agradezco lo que no pasó antes, porque no estaba preparada para recibirlo y tal vez la hubiera regado.
Abrazo mis errores porque fueron mis mejores maestros.
Reconozco y aplaudo mis ganas de seguir luchando por lo que quiero aun cuando me cuestiono si valdrá la pena.
Entonces… ¿Vale la pena hacer una lista de propósitos? SI.
Pero básate en tu realidad, en tus tiempos, si el plan de otros no te funciona entonces traza el tuyo, crea tus propios métodos. Pero para empezar hay que saber que quiero lograr y el “como” se irá dando en el camino.
Recuerda: la suerte no está en las uvas, aunque yo prefiero tomármelas en vino 🙂
La “suerte” está en tu perseverancia, en tu trabajo de todos los días, en el amor que le pones a las cosas que haces y dices.
Y agradece.
Yo te quiero agradecer, desde lo más profundo de mi corazón, con todos mis sentidos conectados en él, por llegar a mi vida y ser parte de todo esto, por tu amor, por tu apoyo, por tu paciencia y por seguir aquí, conmigo.
Les mando todo mi amor,
Happy holidays!
Jen.