Fin de año: 

Hace 12 meses imaginaba más frío, rodeada de luces, gente por todas partes, de un lado a otro… pero me trajiste al lugar donde siempre he sentido paz, donde me he reencontrado con mi yo más creativo, donde dejo todas las reglas y creo mis propios acuerdos.

Un año intenso, año colador, año de dar pisadas fuertes y decisiones que se han vuelto guías importantes en el viaje. Todo ha tenido que pasar para volver a mí una vez más.

Por primera vez en mucho tiempo me dejé de reconocer pero me encantaba lo que veía, lo que veo. (Y hoy de un lado tengo la melodía del saxofón y del otro, el sonido del mar.)

Ya no quiero saber qué sigue. Sólo deseo que este sentimiento, estas ganas, esta energía pura y buena, dure el año que viene.

Que siga trabajando y mi trabajo me de libertad financiera y en mi crecimiento también lleve conmigo mis valores y a las personas que también valoren los suyos.

Año nuevo: vente ligero,  pero con sentimientos buenos e intensos; años pasados nos han hecho resilientes, solo te pido que nos mantengas con fe.

Que las personas buenas, que valoran la vida se queden siempre con nosotros.

Que nos inspire la libertad… de ser y de amar.

Que los acuerdos que hagamos nuestros, sean tan auténticos y genuinos.

Que llegue a nosotros lo que ya está destinado a ser y hagamos que perdure.

¡Cuánta perfección se siente cuando hay fe!

Gracias por este descanso, gracias a el volví a reencontrar mi paz… mi creatividad.

La pausa me llevó a la grandeza.

La grandeza humana. Donde residen las emociones buenas.

Que sigan llegando ideas, esas que se sienten como nuevas, que nos comienzan a llevar a una dirección que aun no conocemos pero se siente como si ya las hubiéramos vivido antes.

Que el tiempo no regrese, no significa que no podamos hacerlos instantáneamente permanentes en nuestros recuerdos. Y que esos se sientan cada vez más reales y permanentes.

GRACIAS, porque cada año, así como cada día son una bendición vivirlos.

Que este año sea de mucha luz, amor, salud y paz.

Jen.